En un desenlace que marcó un hito en el caso de C.R.P., quien había estado tras las rejas durante un año, finalmente se resolvió su destino tras admitir el abuso sexual perpetrado contra la hija de su pareja, a quien había criado desde temprana edad. El imputado, en prisión desde hace un año, optó por declararse culpable para evitar un juicio oral en el que enfrentaba una posible pena de 14 años de cárcel. El acuerdo sellado le impone una condena de 10 años y medio por “Abuso sexual con acceso carnal agravado por la relación de convivencia preexistente, por ser la víctima menor de 18 años y por la condición de guardador”. Un tribunal deberá aprobar o rechazar este acuerdo en los próximos días.
La víctima, que tenía 13 años en el momento de los hechos, llevó su caso ante las autoridades después de un embarazo de 26 semanas. El protocolo por abuso se activó tras las sospechas de la abuela y la madre de la víctima, lo que llevó a la intervención de la Policía. Las pruebas presentadas durante el proceso, incluyendo testimonios y pruebas de ADN, fortalecieron el caso contra el acusado.
Alfredo García Garro, abogado de C.R.P., explicó que la propuesta de acuerdo abreviado fue aceptada por la víctima y la madre de esta, a través del defensor de Menores. La fiscal de Juicio, Virginia Palacios, respaldó el acuerdo que fue presentado ante el tribunal. Los jueces encargados tendrán 10 días hábiles para tomar una decisión.
A pesar de la gravedad del caso, este medio ha decidido no revelar la identidad del imputado debido a su relación con tres hijos biológicos que comparte con la madre de la víctima. El incidente ocurrió en una casa rural donde vivía la familia. García Garro explicó que, aunque el acusado había tenido un papel activo en la crianza de la joven, un trágico momento de borrachera resultó en el abuso que llevó al embarazo de la víctima.
La joven, a pesar de la difícil situación, decidió continuar con el embarazo y ha logrado reanudar su vida social y escolar de manera normal. Su resiliencia ha sido un testimonio de su fortaleza ante la adversidad. El caso ha arrojado luz sobre la importancia de proteger a las víctimas y abordar de manera efectiva los casos de abuso sexual en contextos familiares.
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