En un reciente desarrollo del caso, la jueza María Antonella Panero Magnano ha ratificado los cargos y dictado prisión domiciliaria por un período de cuatro meses a un hombre acusado de abusar sexualmente de su nieta. Esta medida judicial significa que el acusado continuará bajo custodia y acusado del delito, pero en lugar de permanecer en una comisaría de Villa Mercedes, cumplirá la detención en su propio hogar. La jueza, quien subroga el Juzgado de Garantías 4, ha tomado esta decisión en línea con el marco legal que establece que la prisión preventiva no es procedente para personas mayores de 70 años, edad que el imputado supera, ya que cuenta con 75 años.
El delito por el que se le acusa al hombre es el de “Abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el vínculo”, imputación que ha sido mantenida por la magistrada, en línea con lo formulado por el fiscal instructor, Leandro Estrada. La denuncia contra el acusado fue realizada en junio del año pasado por la madre de la víctima, su nuera, después de una reacción de la niña que sorprendió a toda la familia.
Según ha trascendido, la víctima, actualmente con once años de edad, se enfadó con su abuelo mientras se encontraban en su casa y, en un momento determinado, tomó un cuchillo y se dirigió hacia donde él se encontraba. Sin embargo, antes de que pudiera atacarlo, su cuñado, esposo de la hermana de la víctima, intervino y le preguntó qué estaba haciendo y por qué estaba reaccionando de esa manera.
Fue entonces cuando la niña decidió romper el silencio y hablar sobre lo que su abuelo le había hecho. El acusado había abusado de ella cuando tenía ocho años, en una ocasión en la que estaba de visita en su hogar. Durante la audiencia de Cámara Gesell, la niña confirmó lo que ya había relatado a su familia. Además de este testimonio, el fiscal también tomó en consideración el informe médico de la niña, que fue proporcionado por el personal de un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS), donde la niña recibió asistencia psicológica el día en que reaccionó contra el imputado.
A pesar de los argumentos presentados por la defensora Eliana Pradel, quien sostenía que no era necesaria una medida de coerción contra su representado, la jueza consideró que era su “obligación proteger a la niña y evitar cualquier tipo de acercamiento”, por lo que dictó la prisión domiciliaria.
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