En la localidad de Juana Koslay, Juan Dardo Marín, de 41 años, ha sido encontrado culpable por el delito de “Homicidio triplemente calificado en grado de tentativa”, tras el ataque perpetrado el 25 de octubre del 2022 en la Escuela Técnica N° 37 “Ingeniero Germán Avé Lallemant”. El tribunal, conformado por Fernando De Viana como Presidente, Hugo Saá Petrino como primer vocal y José Luis Flores como segundo vocal, dictaminó una sentencia de 13 años y 6 meses de prisión para Marín.
El incidente tuvo lugar en el interior de la escuela, donde Cintia Ortega, expareja de Marín y docente en la institución, fue el blanco del ataque. Marín, quien ya tenía en su contra una orden de restricción de acercamiento emitida por el Juzgado de Familia Nº 3, ingresó al recinto escolar desafiando esta prohibición. Con un revólver calibre 38 en mano, se aproximó a Ortega en la Secretaría del establecimiento.
En un intento desesperado por protegerse, Ortega buscó refugio en la compañía de Víctor Durán en la Regencia. Juntos intentaron cerrar la puerta para evitar el ingreso del agresor. Sin embargo, Marín logró abrir fuego, disparando dos veces a la altura media de la puerta y finalmente impactando en la rodilla de Ortega con un tercer disparo.
La fiscal de Juicio, Virginia Palacios, en sus argumentos de cierre, destacó que las pruebas presentadas demostraron que el ataque tenía como objetivo específico a la expareja de Marín y no a terceros presentes en la escena. Aunque no se llegó a una certeza absoluta sobre si Marín tenía la intención de asesinar a Ortega, la fiscal afirmó que su intención era infligir un daño grave a su salud y socavar su dignidad. Palacios abandonó la acusación inicial de “Homicidio doblemente calificado” y en su lugar acusó a Marín por “lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego y por razones de vínculo y violencia de género en concurso real con desobediencia judicial”.
La defensa de Marín, representada por Esteban Sala, durante la fase de alegatos, solicitó una condena por el delito de “Abuso de arma de fuego agravado”. Con esta sentencia, el sistema judicial argentino envía un mensaje claro sobre la gravedad de los ataques de género y la necesidad de sanciones proporcionales para los culpables.
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