Editorial:
En medio de la agitada escena política de San Luis, el intendente villamercedino reelecto Maximiliano Frontera enfrenta fuertes cuestionamientos desde las filas del derrotado peronismo en las últimas elecciones.
Las críticas, en su mayoría impulsadas por celos y envidia política, arremeten contra el líder justicialista que ha logrado mantener hábilmente su posición en Villa Mercedes.
Frontera, tras su victoria electoral, rompió el silencio para abordar las hostilidades políticas que ha enfrentado desde la creación de una “Intendencia Paralela”, liderada por Anabela Lucero y respaldada por Ministros y Secretarios directos de Alberto Rodríguez Saá.
En un acto de autocrítica, el intendente cuestiona a dirigentes peronistas que, en nombre de Alberto, socavan la imagen del partido. Además, destaca la importancia de coexistir con figuras políticas como Claudio Poggi, participando activamente en diversas actividades tanto en la capital como en Villa Mercedes.
Sin embargo, las críticas persisten desde la dirigencia provincial del peronismo, tildando a Frontera de traidor por su compromiso con el bienestar de los villamercedinos. Diego González acusa al intendente de abandonar a los más vulnerables, señalando los despidos políticos realizados por el gobierno provincial contra funcionarios de la gestión anterior.
Lejos de quedarse callado, Frontera enfrenta las críticas desafiando a la dirigencia peronista. Propone elecciones internas abiertas para renovar el PJ San Luis, abogando por la transparencia democrática y la elección de nuevas autoridades por los peronistas, en lugar de decisiones impuestas.
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