PolicialesVilla Mercedes

Aunque está procesado por violencia de género, quedó en libertad

0
Foto archivo

Villa Mercedes (ED) Después de cinco días de detención en la Comisaría 24ª, Cayetano Romero recuperó la libertad. Pero no logró quitarse de encima lo que, dadas las pruebas, parecía inevitable: el procesamiento por atacar a trompadas a su pareja en la casa de ella, en el barrio La Ribera. Los elementos probatorios que la jueza Contravencional y Correccional 2 de Villa Mercedes, María Antonella Panero, evaluó para resolver de esta manera no fueron pocos. Además de la denuncia de la víctima y los golpes que el médico constató en su cuerpo, también están los testimonios de los vecinos que socorrieron a la mujer al momento de la agresión.

El hombre de 45 años fue procesado por “Lesiones leves agravadas por mediar violencia de género” y por infringir el decreto nacional, y el respectivo decreto provincial de adhesión, que prohíbe la circulación después de las 20 para evitar la propagación del coronavirus, confirmó la magistrada.

A diferencia de otros casos en los que el procesamiento es acompañado con la prisión preventiva, Panero explicó que no optó por la medida de coerción personal porque “no tenía antecedentes en los que valorara que era un peligro para la víctima y porque tampoco tenía otro tipo de denuncia”.

Dale clic

No obstante, hay algo que Romero no podrá hacer, pese a estar libre. No podrá estar a menos de 200 metros de C.R., la mujer a quien atacó. La disposición es, en principio, por seis meses. Esa restricción de acercamiento fue la primera medida que le impuso la jueza Lorena Báez, del Juzgado de Familia, donde le iniciaron una causa paralela.

El ataque ocurrió la madrugada del martes pasado. El día anterior, al mediodía, la víctima y sus dos hijos habían almorzado en lo de Romero, en la calle Doctor Mestre. Terminaron de comer y el hombre empezó a discutir, dijo la denunciante. “Me echaba en cara algo sobre la comida. Y como yo no quería pelear, lavé los platos y me vine a mi casa caminando, con los chicos”, relató.

Cerca de las 22:30, Romero le mandó un par de mensajes a la mujer. Le preguntaba si se le había “pasado la locura”, así podía ir hasta su casa, en La Ribera. C.R. le contestó que sí.

Pero él llegó ebrio. “Hablamos por videollamada con su hermana, quien vive en Buenos Aires, y después él empezó a revisar mi teléfono”, dijo.

Él se detuvo en una conversación que la mujer había tenido con una amiga, quien le preguntaba sobre un ex. Entonces, el imputado comenzó a recriminarle si lo había engañado con ese hombre. “Él siempre me preguntaba eso sobre mis ex, sobre novios que he tenido hace un montón… Y yo le respondí que no, que no he vuelto a ver a nadie”, relató.

Mientras le respondía eso, sin esperarlo, ella recibió una trompada en la cara. “Me dio un piñón en la nariz y después me siguió pegando. Me pegó en la boca, me tiró al suelo y yo me defendí como pude. Lo empujaba, pero me quitó las llaves porque quería dejarme encerrada”, detalló.

Pasada la una de la madrugada, los gritos y golpes que había en la cocina y el comedor despertaron al hijo de C.R., de 14 años. “Por favor, dejá de pegarle a mi mamá”, le pedía el chico.

A los pocos minutos, la pareja que vive al lado de la casa de la víctima llegó al domicilio. El vecino, de apellido Villegas, puso a Romero contra la pared. “¿Qué te pasa?”, le reclamaba. La víctima tenía ensangrentada la cara y golpeados los brazos y la espalda.

Tu opinión es importante

Comments

Comments are closed.