En éstos momentos donde la humanidad se encuentra ante la problemática de superar una nueva crisis provocada por ésta pandemia, es cuando debemos tomar nuestro razonamiento y de una vez ponerlo a trabajar de la mejor forma posible. Como primera medida, soltar el miedo y la preocupación ante posibles sucesos futuros y centrarnos en el momento actual, en lo que en éste instante necesito y necesita la sociedad de mí. Tomar información fidedigna y confiable es también una responsabilidad individual, puesto que viralizar algo dudoso o no corroborado, por el solo hecho de querer informar, es generar una alarma que produce más confusión que información. Debemos ser pacientes, solidarios, comprensivos y caritativos, pues estamos interconectados (y hoy con más razón lo estamos apreciando) puesto lo que le afecta al otro repercutirá directamente en nosotros.
Por otro lado, y si nos detenemos un poquito y miramos más allá de lo que nos muestran, podremos apreciar que no solo estamos atravesando ésta única pandemia en forma simultanea… El hambre, la violencia, enfermedades que matan a diario mucho que éste virus, el miedo, la indiferencia, la desinformación, nos atraviesan constantemente y desde hace tiempo, pero hemos hecho oídos sordos o por lo menos no nos preocupan tanto, puesto que nos creemos libres hasta que nos llega y allí nos ocupamos. La vida se encuentra en constante movimiento, es totalmente dinámica y la humanidad no está exenta a esos cambios. Desde los albores del hombre, éste tuvo que lidiar con esos dinamismos y buscar su adaptabilidad, y aunque esos procesos le fueron costosos, siempre logro superarlos.
Ahora bien, desde una visión netamente espiritual (y es desde mi punto de vista) debo ponerme a razonar desde la visión que tengo de Dios y de sus designios. Mi opinión, y porque en verdad no tengo una certeza de lo que algunos dicen, “que éste virus fue diseminado a propósito para desestabilizar países” y conociendo el amor que Dios dispensa sobre su creación puedo concluir que: Nunca el amor de un verdadero padre pude causar dolor a un hijo con el solo propósito de castigarlo por no corresponderlo, o sea que Dios, Javhé, el universo, los ángeles, seres luminosos, etc. ¿pueden movidos por el amor, realizar una limpieza del planeta para “mejorar” la especie?. Si creemos de ésta forma, tiramos por tierra la compasión, la misericordia, la sabiduría y la perfección con que decimos que cuentan. Si son amor, ¿pueden ser verdugos? De la misma manera puedo concluir que No estamos ante el fin del mundo por nuestras faltas espirituales, aunque si lo podremos estar ante la constante indiferencia en el cuidado de nuestro habitad. El amor, no castiga, no juzga, no condena, ni siquiera manipula para su beneficio, solo es amor sin condicionamientos ni pedido de retribución. No debemos temer, pues Dios en verdad nos AMA.
Respetémonos y respetemos a nuestro prójimo, de nosotros solo depende superar ésta y todas las pandemias del Mundo. La indiferencia debe ser derrotada primero en nosotros.
¡ENTRE TODOS PODEMOS! Bendiciones y Luz.
Rodolfo Moleker – Escritor
https://www.facebook.com/rodolfomolekerescritor/
Comments