Tras el violento temporal que asoló la ciudad el pasado sábado, los esfuerzos se centran en la recuperación y el restablecimiento de la normalidad. Las consecuencias del viento voraz, la lluvia intensa y, en algunas áreas, granizo, se hicieron sentir con la caída de aproximadamente 50 postes y la afectación de alrededor de cinco kilómetros de líneas eléctricas debido a ramas y árboles caídos.
El lunes, un equipo de aproximadamente 50 trabajadores del Municipio se movilizó en diversos barrios de la ciudad, incluyendo San José, Güemes, Unión y La Ribera, donde la tormenta golpeó con más fuerza. Su misión era clara: reparar daños y brindar asistencia a los afectados.
El intendente Maximiliano Frontera estimó que la recuperación llevará más de una semana debido a la magnitud de los destrozos. A pesar de que el servicio eléctrico se normalizó en gran parte el lunes a las 18:00 horas, la empresa proveedora, Edesal, continuará con guardias para atender posibles reclamos puntuales.
En particular, en el complejo habitacional de La Ribera, se enfocaron en ayudar a casi 60 familias cuyos techos volaron. Las condiciones climáticas adversas, incluyendo la lluvia persistente, plantean desafíos adicionales en la recuperación de estas viviendas.
Julieta Curti, secretaria de Desarrollo Social, destacó la angustia de las familias que perdieron sus hogares y la importancia de brindar apoyo en la reconstrucción. A pesar de la preparación de refugios, la mayoría de los damnificados pudo encontrar alojamiento temporal con familiares.
Sergio Sosa, responsable de Defensa Civil, señaló que atendieron emergencias, incluyendo traslados hospitalarios debido a electrocuciones. El trabajo en las calles es constante, con seis palas cargadoras y quince camiones, retirando escombros que incluyen árboles derribados, postes partidos, cables sueltos y viviendas dañadas.
Las historias de los residentes reflejan el terror que vivieron durante la tormenta. Jessica González describió cómo el viento rompió los vidrios de su hogar, mientras Claudio Vasta relató el estruendo que le hizo temer lo peor. Ambos se enfrentan ahora a la tarea de reconstruir sus vidas y sus viviendas tras esta tragedia natural.
La ciudad de Villa Mercedes se une en su determinación por superar estos desafíos y recuperar la normalidad en medio de la adversidad.
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