Saca con firmeza y lo hace una y otra vez con lo justo. Parado en el fondo de la cancha, al filo de los 36 metros, espera la pelota de cuero con una paleta de madera, que en el diminuto centro apenas puede recibir la bola que llega viajando a más de 150 kilómetros.
Y la devuelve con furia para ponerla otra vez en juego: en ese momento, el velocímetro marca 200 km. y la vista de los mortales pierde la referencia, hasta que da en la pared de frente y vuelve envenenada.
Ahí está vestido con la casaca de Selección Argentina, pantalones largos blancos y casco, por si la pelota impacta. “Es un misil”, la sentencia es de Alfredo Villegas, el mismo que lo lanza. Ayer, el puntano, junto a Pablo Fusto, se subió a lo más alto del podio Panamericano en pelota, especialidad paleta de cuero frontón 36 metros. La medalla de oro llegó tras vencer en la final a los cubanos Armando Chappi y Frendy Fernández por 15-6 y 15-11, después de 55 minutos. Fue el corolario de un magnífico certamen en el que ganaron cinco de cinco, sin ceder ningún set.
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