El campus, con ochenta hectáreas de extensión en la zona norte de la ciudad, ha quedado prácticamente abandonado desde 2018, dejando a la comunidad universitaria sin aulas propias.
Marcelo Sosa, el nuevo rector que asumió su cargo recientemente, describió la situación como una oportunidad perdida. Durante una reciente visita al terreno con su equipo, destacó la oportunidad desaprovechada cuando la empresa adjudicada quebró, y la universidad ofreció la cesión de la obra a otra compañía, que declinó. En lugar de continuar con el campus, el antiguo rector optó por construir oficinas en el centro de la ciudad.
El llamado a licitación para completar el Módulo 1 del proyecto ha sido publicado, con un presupuesto de aproximadamente 600 millones de pesos y un plazo de nueve meses. La apertura de sobres está programada para el 27 de noviembre, y se transmitirá en vivo por el canal de la universidad.
Diana Cámara Guillet, una de las arquitectas a cargo, lamentó el descuido en la edificación de 2,500 metros cuadrados cubiertos, que ha sufrido daños por el viento, las inclemencias climáticas y la falta de mantenimiento. A pesar de los desafíos, el rector Sosa expresó su optimismo y la posibilidad de celebrar los quince años de la institución en la nueva sede, que inicialmente albergará las carreras de la Escuela de Ciencias de la Salud.
“Esto no es para nosotros. Es para los chicos que quieren ser médicos, kinesiólogos, obstetras, ingenieros, economistas o lo que sea. Vamos a sacar este edificio del abandono y lo vamos a transformar en un hogar”, afirmó Sosa, reflejando el compromiso de la universidad con sus estudiantes y la comunidad.
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