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🐕 Cómo es la escuela de entrenamiento de los perros en busca de drogas y dólares

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La escuela, además de los caniles especiales, tiene sectores de tareas a cielo abierto, un área especial de crianza y un hospital veterinario para análisis, internación y cirugías en caso de ser necesarias a cargo de cinco veterinarios especializados en diferentes disciplinas (anestesiólogo, laboratorista, radiografía, neurología, traumatología).

Las autoridades apostaron a diferentes razas de perros para adaptarse a la diversidad de climas y regiones del territorio; cuenta con labradores, golden retrievers, pastor belga (malinois), ovejeros alemanes y flat coated retrievers.

Si bien en el centro K9 indican que un perro mestizo o callejero pueda tener un muy buen desempeño, a la par de los elegidos, aunque la apuesta por estas razas apunta a garantizar el carácter, la sanidad y la estabilidad que se requiere en las tareas que deben efectuar. En los controles en la terminal porteña de buques a Uruguay, por caso, uno de los canes de control es un mestizo.

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De izquierda a derecha Flocky, Baxi y Sarah, tres de los canes de control de la Aduana/AFIP. (Foto: Aduana)

Cómo es el proceso desde cachorro a agente aduanero

El recorrido de esos perro-agentes comienza de cachorros. O quizás antes, con la selección de una de las canes -por su genética y su labor destacada en la detección de cualquier intento de contrabando, por ejemplo- que será madre.

A los 3 meses, los aspirantes comienzan a aprender a detectar cuatro sustancias de estupefacientes y el aroma de la tinta de billetes de dólar, euros e incluso pesos argentinos.

De la mano de entrenadores, muchos de ellos egresados de la UBA, comienzan la educación para lo que será su medio de vida durante buena parte de su vida: trabajar con un agente de Aduana-AFIP en las tareas de control de egreso e ingreso de pasajeros y mercaderías al territorio argentino.

Primero, como si fueran chicos, controlar los impulsos y confiar en los humanos que los tienen a cargo. Los cachorros aprenden a obedecer cuándo moverse, cómo sentarse, cuándo se juega, se ladra o se salta. Luego empieza el proceso de entrenamiento en detección de sustancias.

Con el incentivo de la comida, al principio los canes aprenden a individualizar los aromas de la cocaína, la marihuana o hasta el distintivo de la tinta de los billetes.

En el caso de las drogas, se impregnan algodones con las sustancias y se esconden en distintos lugares, a diferentes alturas. Al perro se le presenta el desafío y, si encuentra el objetivo, es recomendado con una ración alimentaria. Posteriormente, en general, una pelotita, con lo que la recompensa por cada acierto pasa a ser el juego.

Recién al año y medio, un perro puede estar en condiciones de comenzar su trabajo en operativos aduaneros. Los entrenadores dicen que, como sucede con los humanos, cada can tiene sus propias particularidades, potencialidades, pero que esa es la edad en que “maduran” o se estabilizan como para poder comenzar a trabajar.

Una vez que se familiarizan con el aroma, es casi imposible que en un control, el can no detecte la presencia de la sustancia que aprendió a buscar. “Es muy difícil por más que se intente camuflar la droga, o el olor a la tinta de los dólaressea la cantidad que sea y ahí es central que el agente esté capacitado y entienda el lenguaje corporal de su compañero”, indican los entrenadores.

Por caso, un instructor en los controles a pasajeros que llegan desde Uruguay, donde el cannabis es legal, no es inusual que los canes aduaneros detecten el aroma a marihuana: “Muchas veces quedó impregnado en la ropa y el perro lo olfatea y marca”.

El can aduanero tiene el alimento y los controles de salud y vacunación garantizados por la Aduana y el techo provisto por su compañero-humano: convive con quien participa de su entrenamiento y su núcleo familiar. En la mayoría de los casos, cuando el perro “se jubila” (por edad o algún problema de salud que le impida seguir operativo), si bien es propiedad del Estado, termina siendo adoptado por el agente con quien trabajó.

Marcela, entrenadora y agente de controles de la AFIP, está dando los primeros pasos con una perra-agente de 3 meses, y en su casa tiene a dos “jubiladas” de Aduana con las que ya trabajó. La convivencia, asegura, es normal y todas (canes y humanos) se adaptan.

Los números detrás de los canes de la Aduana

En la actualidad hay 122 binomios (agente humano y su can) operativos en la Argentina para controlar más de 70 pasos fronterizos y terminales portuarias y aeroportuarias. La intención de sus autoridades que el centro de entrenamiento sea una política de Estado y que logre en el mediano plazo alcanzar al menos los 300 que supo tener en 2015.

Esta semana, seis canes egresaron de la escuela de Boulogne y 68 están en distintas etapas de entrenamiento. Mientras, 10 binomios fueron premiados por acciones sobresalientes en 2022.

Fue por detectar cargamentos de drogas, entre ellos uno de cocaína que se encontraba oculto arriba de un camión de bomberos, dentro de un barco que llegó a Buenos Aires procedente de Santos, Brasil; hasta billetes que se querían sacar del país sin declarar, como algo más de US$100.000 que estaban ocultos dentro de la rueda de auxilio de un automóvil de alta gama que viajaba por barco a Uruguay.

Además del entrenamiento para los canes propios, la escuela de Boulogne comenzó contactos con las fuerzas de control de Brasil, Paraguay, Ucrania y Emiratos Árabes para capacitar a agentes y adiestradores en este tipo de controles.

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